domingo, 29 de septiembre de 2019

Recordando el viejo Cine ideal cuna del terror donde podías disfrutar de las mejores películas por 150 pesetas


El tradicional cine Ideal, situado en la plaza de Benavente, pasó a especializarse a partir de anteayer en la exhibición de películas de terror, fantásticas y ficción científica. En sesiones numeradas, a las cuatro, seis y ocho de la tarde y diez de la noche, y al precio de 150 pesetas butaca, se programan cuatro películas diarias diferentes cada semana.El local, construido en los solares del antiguo convento de la Trinidad, situado en la calle del Doctor Cortezo, esquina a la de Atocha, se construyó para el cine. No obstante, de forma esporádica, y como por casualidad, hace años se realizaron algunas temporadas teatrales.
Entre las películas programadas durante el mes de enero, dentro de lo que se podría clasificar como terror puro, destacan: Phantasma, (1979), de Don Coscarelli; Viernes 13 (1980), de Sean Cunningham; Llama un extraño (1980), de Frank Walton, y Los ojos de un extraño (1980), de Kien Wiederhorn.
Los cuatro son nuevos nombres dentro del cine norteamericano' y pretenden dar su particular visión del género y aprovechar las múltiples posibilidades que ofrece. En este apartado también se sitúa La centinela (1976), del veterano inglés Michael Winner, y Scanner (1980), del canadiense David Cronnenberg.
Mayor interés tienen las dos últimas versiones de la famosa novela de Brian Stoker: Drácula (1978), de John Bradham, producción norteamericana hecha con abundantes medios para aprovechar el éxito alcanzado por una versión teatral y que lanza al debutante Frank Langela como protagonista, y Nosferatu, vampiro de la noche (1978), del alemán Werner Herzog, que parte de la versión clásica de Murnau y donde el genial Klaus Kinski interpreta el personaje central.
También hay que subrayar Inferno (1979), donde el gran especialista italiano Darío Argento consigue expresar con perfección su tortuoso mundo. La esfinge (1980), de Franklin Schaffner, sobre un curioso guión de John Byrum; y Un hombre lobo americano en Londres (1981), divertida parodia del viejo persona je realizada por el director especializado en comedias enloquecidas John Landis. Pero la mejor película de las programadas para el mes de enero es La furia (1977), de Brian de Palma, quizá su obra más calculada, mejor rodada y más apasionante de su impecable filmografía

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